Corazón de la Sandía que dejamos allá arriba, altivo y vigilante, con los brazos abiertos hacia el senderista y/o montañero
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Alamedas que vemos a un lado y otro de su cauce, y que en época de verano se llenan a rebosar de gente buscando su frescor y el agua del Dílar como regalo que nos transforma. Aquí, sobre los últimos pasos, antes de llegar a donde teníamos los vehículos aparcados, tras esta prolongada y hermosa caminata hacia el Corazón de la Sandía, como excusa y referencia circular de hoy.
Alamedas que vemos a un lado y otro de su cauce, y que en época de verano se llenan a rebosar de gente buscando su frescor y el agua del Dílar como regalo que nos transforma. Aquí, sobre los últimos pasos, antes de llegar a donde teníamos los vehículos aparcados, tras esta prolongada y hermosa caminata hacia el Corazón de la Sandía, como excusa y referencia circular de hoy.
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Río Dílar, torrente de alta montaña, que nace allá junto a la Laguna de las Yegüas, a más de 2.000 m.a., y que se ha abierto camino, arañándole y arañándole a la roca, a base de tiempo y agua, gran parte de su materia, formando este angosto valle en "V".
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Primer cruce sobre el río Dílar con el que nos topamos y que deberíamos de salvar en múltiples ocasiones
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Vereda del río Dílar que deberemos de tomar para acercarnos, tras este desvío sobre la marcha, hacia su cauce ( el sendero continúa de frente y para arriba con dirección al Barranco del Búho hasta el Mirador de la Espartera o de los Alayos, pasando junto al Cortijo Sevilla)
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Cuesta del Pino que nos encarrila hacia el río Dílar; para, una vez cruzado, enseguida toparnos con la caseta de bombeo del Canal de la Espartera
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Cuesta del Pino que iniciamos hacia abajo con restos y pocos de la última y reciente nevada. Porque aquí , la altura y umbría son un rango de la naturaleza!
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Porque ahora, la hora, tocaba a gloria ( a bocata de lo que sea, vamos; y descanso para el cuerpo y alma )
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Señal indicadora del mismo, con cruce de caminos incluido y que dejamos atrás sobre la marcha. A la izquierda, hacia la Cuesta del Pino; a la derecha, hacia el Cortijo del Espinar y río Dúrcal
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Faldeo a los Alayos que termina sobre el Collado del Pino; continuando con las vistas de frente del rey Trevenque, como vemos
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Y como telón de fondo, las altas cumbres de Sierra Nevada como al alcance de la mano. A la derecha tenemos el Cerro del Caballo
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Sendero que llevamos, caminando ahora sobre la mismísima cuerda, con las referencias del rey Trevenque ( al fondo, a la izquierda ) y Los Castillejos ( al final, a la derecha)
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Tras el ascenso a la cumbre del Corazón de la Sandía, iniciamos la retirada tomando ahora la variante sobre los pasos de realizar este cambio sobre el trazado y no previsto en el programa. Sendero que nos lleva, tras el giro a la izquierda que vemos, a través de un faldeo por las últimas cumbres de los Alayos, por esta vertiente sur, hacia nuestro próximo destino, El Collado del Pino
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Y sobre las vistas ni hablamos... más de las mismas que desde la base y explanada anterior, pero en aumento y de vértigo, vamos !
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Bueno, y aquí estábamos este otro turno de valientes, como pájaros sobre el cielo. Tan "apañaos y apiñaos" porque no cabíamos sobre el terreno!
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Y acto y camino seguido, porque nos estábamos quedando como los pajarillos, en el doble sentido de la palabra... hacia la cumbre del Corazón de la Sandía y que teníamos más a nuestra izquierda, ahora hacia delante
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Pequeña explanada sobre la que "aterrizamos" y con las excelentes vistas que nos rodean y apreciamos: altas cumbres de Sierra Nevada al fondo, Pico o Picos de la Virgen y Castillejos a la izquierda, Loma de Peñamadura en el centro y Los Gallos a la derecha.
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Y vista atrás de Los Alayos de Dílar, vemos ahora, sobre el último de la fila, a Picacho Alto, y el tramo de cuerda que llevamos recorrido
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Corazón de la Sandía que, tirando de objetivo, ya observamos su forma tan característica y con varios de nuestros miembros allá arriba en la cumbre ( Maroto y Cía., como vamos y arreando)
Corazón de la Sandía que, tirando de objetivo, ya observamos su forma tan característica y con varios de nuestros miembros allá arriba en la cumbre ( Maroto y Cía., como vamos y arreando)
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Sendero que zigzaguea, buscando la cuerda que nos ocupa. Al fondo, entre "el personal", justo en el centro de la foto, vemos el Corazón de la Sandía desde este otro ángulo
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Sendero que tomamos en ascenso, a nuestra izquierda, y que arranca del que viene de Picacho Alto; pino guía incluido y que aplicaremos como referencia
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Rambla que abandonamos casi tras hora y media larga de ascenso para tomar esta vereda ya de más duro firme; aunque suma y sigue subiendo. Vereda que conecta con la que viene de Cerro Hueco y va a Ermita Vieja pasando bajo Picacho Alto. Arriba, ya tenemos el Corazón de la Sandía al que le daremos su rodeo correspondiente, dirigiéndonos primero hacia la derecha.
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Rambla que se hace pesada por las "arenas movedizas" sobre las que nos movemos y que de vez en cuando nos encontramos, a un lado y otro del cauce, pequeñas moles rocosas que, echándole imaginación al asunto, podemos comparar con algunas conocidas figuras de nuestro vivo mundo
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Punto exacto del cruce sobre el río Dílar y "a la carta": o tronco sobre el agua (si baja en abundancia) o agua o saltas ! Explanada que encontraremos a unos 300 m. de distancia de la Central Eléctrica, debiendo de buscar el coladero sobre el matorral que vemos para cruzar el río bajo la opción deseada.
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Central Eléctrica Nuestra Señora de las Angustias o de Dílar y que ya tenemos, al instante, delante de nuestros pasos
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Nuestro benjamín del grupo; y que, como nos descuidemos, nos pone las banderillas a más de uno, sobre esta plaza del camino
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Inicio de la ruta una vez dejados los vehículos en este ensanche del carril junto al río Dílar, un poco antes de la Central Eléctrica, junto a la barrera que cierra el paso motorizado
CIRCULAR - FALDEO DE LOS ALAYOS (POR LA CARA SUR)
Al cabo de dos años y poco volvemos a realizar otra de las clásicas de la baja-media montaña granadina, el ascenso al Corazón de la Sandía, en pleno corazón de los Alayos. Con la variante de hacerlo hoy con nuestro Club de Senderismo El Bastón; ascendiendo por Rambla Seca y realizando al final ese faldeo de última hora, y sobre la marcha de los pasos, por los Alayos de Dílar, por su cara Sur más concretamente. Para acabar donde estos terminan, allá sobre el Collado del Pino. Bajando a continuación hasta el río Dílar; y ya, valle abajo, dirigirnos hacia el punto en donde iniciamos la marcha, pasada la Central Eléctrica de Dílar.
Para ello nos dirigimos unos desde Granada y otros desde Albolote, agrupándonos todos con los coches en el restaurante Boabdil, junto a la gasolinera del Suspiro del Moro, para continuar motorizados, atravesando Otura y su vecina localidad de Dílar, con dirección a la Central Eléctrica Nuestra Señora de las Angustias (1.008 m.a.), llamada popularmente la de Dílar. Aparcando los vehículos en el ensanche que hace el carril, punto exacto en donde la barrera nos cierra el paso motorizado.
Desde aquí comenzamos la ruta, pasando al poco junto a la mencionada Central Eléctrica, cuyo sonido canta por sí sola bajo la impresionante caída del agua entubada; para al poco, a unos 300 m. de distancia, a la derecha, cruzar el río Dílar, comenzando aquí la parte más dura de la misma: el fuerte ascenso por Rambla Seca. Subidón que nos espera, más que por su notable pendiente, por el piso tan blando y arenoso por el que nos movemos; multiplicando casi por dos el esfuerzo hasta culminarla. Paso a paso, afianzando la pisada; a ser posible buscando el sitio más duro, pero siempre por el curso principal de la rambla.
Camino arriba, pasando primero por una espectacular angostura sobre el terreno y dejando atrás, a nuestra izquierda, Cerro Hueco; y que, tras una hora y tres cuartos de cuesta arriba, y una vez pasado el último de los diques de contención, nos deja junto a una nueva vereda. Camino que tomaremos, abandonando el penoso arenal, para al poco toparnos con el sendero que viene de Picacho Alto y que dejaremos para coger otra nueva a nuestra izquierda, no muy bien señalizada por cierto. Ascendiendo y ascendiendo, zigzagueando y zigzagueando, acercándonos ahora hacia la cuerda, sobre el terreno calizo-dolomítico que pisamos.
Para ello nos dirigimos unos desde Granada y otros desde Albolote, agrupándonos todos con los coches en el restaurante Boabdil, junto a la gasolinera del Suspiro del Moro, para continuar motorizados, atravesando Otura y su vecina localidad de Dílar, con dirección a la Central Eléctrica Nuestra Señora de las Angustias (1.008 m.a.), llamada popularmente la de Dílar. Aparcando los vehículos en el ensanche que hace el carril, punto exacto en donde la barrera nos cierra el paso motorizado.
Desde aquí comenzamos la ruta, pasando al poco junto a la mencionada Central Eléctrica, cuyo sonido canta por sí sola bajo la impresionante caída del agua entubada; para al poco, a unos 300 m. de distancia, a la derecha, cruzar el río Dílar, comenzando aquí la parte más dura de la misma: el fuerte ascenso por Rambla Seca. Subidón que nos espera, más que por su notable pendiente, por el piso tan blando y arenoso por el que nos movemos; multiplicando casi por dos el esfuerzo hasta culminarla. Paso a paso, afianzando la pisada; a ser posible buscando el sitio más duro, pero siempre por el curso principal de la rambla.
Camino arriba, pasando primero por una espectacular angostura sobre el terreno y dejando atrás, a nuestra izquierda, Cerro Hueco; y que, tras una hora y tres cuartos de cuesta arriba, y una vez pasado el último de los diques de contención, nos deja junto a una nueva vereda. Camino que tomaremos, abandonando el penoso arenal, para al poco toparnos con el sendero que viene de Picacho Alto y que dejaremos para coger otra nueva a nuestra izquierda, no muy bien señalizada por cierto. Ascendiendo y ascendiendo, zigzagueando y zigzagueando, acercándonos ahora hacia la cuerda, sobre el terreno calizo-dolomítico que pisamos.
Materia prima hoy, en mayoría absoluta, sobre la vereda de los pasos, y que nos deja casi en la misma base del Corazón de la Sandía. Llegando al final antes a una pequeña explanada-mirador natural en la que respiraremos de sus magníficas vistas y entorno que nos acompaña. Horizonte que nos muestra boquiabiertos los cuatro puntos cardinales, bajo el pequeño apéndice sobre el que nos encontramos. Punto que parece ser el centro de todo lo que emerge: Corazón de la Sandía, Pico o Picos de la Virgen, Los Castillejos, Los Gallos, Loma de Peñamadura, las altas cumbres de Sierra Nevada, El "rey" Trevenque, Pico del Lucero, La Maroma, Granada entera a nuestros pies y como alfombra tejida en relieve.
Desde aquí, según andemos de batería, tras unos pasos de escalada, por su cara sur, se puede subir a la mismísima cima del Corazón de la Sandía (1.877 m.a.). Enorme mole de constitución caliza y que merece la pena de verdad, porque las cumbres nunca defraudan. Eso sí, que como no es muy grande, habrá que programarse para la subida y la bajada, sobre todo si vamos un número grande de participantes, como era nuestro caso.
Desde aquí, según andemos de batería, tras unos pasos de escalada, por su cara sur, se puede subir a la mismísima cima del Corazón de la Sandía (1.877 m.a.). Enorme mole de constitución caliza y que merece la pena de verdad, porque las cumbres nunca defraudan. Eso sí, que como no es muy grande, habrá que programarse para la subida y la bajada, sobre todo si vamos un número grande de participantes, como era nuestro caso.
Después de disfrutar de estas magníficas vistas, allá arriba mejoradas y en aumento, iniciamos el regreso sobre el camino que nos trajo, con la variante ahora de tomar el primer sendero a la izquierda con el que nos topamos con la idea, sobre la marcha, de realizar un faldeo por las últimas cumbres de los Alayos y que tenemos a mano. Dejando atrás, con caída hacia la otra vertiente, la del Dílar, a Tajo Blanco y los Tajos de la Virgen, hasta terminar con el faldeo de Los Castillejos o El Castillejo, elevación máxima de la cuerda. Frente a ellos, a nuestra derecha y como referencia, tenemos Los Gallos.
Vereda que se alarga como una serpiente sobre el terreno, con la dificultad de tener que salvar alguna que otra barranquera, y cuyo trazado discurre por la vertiente del río Dúrcal.
Collado del Pino que ya tenemos bajo nuestros pies y en donde hacemos la parada obligada y necesaria para el avituallamiento, después de casi cinco horas de dura, pero refrescante marcha.
Desde aquí ya sólo es bajar y bajar, atravesando un hermoso pinar, por la llamada Cuesta del Pino, para descender a continuación hasta el río Dílar; y que, tras cruzarlo, nos deja sobre la caseta de bombeo del Canal de la Espartera. Y ya, tomando la señalizada vereda del río Dílar abajo, continuar hasta toparnos con su cauce. Cauce que seguiremos y cruzaremos en múltiples ocasiones, hasta dejar la Central Eléctrica atrás. Llegando al poco al ensanche en donde habíamos dejado los vehículos estacionados, tras casi ocho horas de caminata a nuestras espaldas.
Larga y provechosa ruta de hoy que nos ha enseñado parte del corazón y entorno de los Alayos. Cinturón calizo que podemos considerar como de relieve típico alpino, por su erosión, y único de Sierra Nevada; cuyo nombre proviene de la deformación de la palabra "galayo", "prominencia aguda de roca pelada que se eleva en un monte". Abrupta cadena montañosa que se derarrolla de Este a Oeste, sobre una longitud de 10 Km., separando los acañonados valles de los ríos Dílar al norte y Dúrcal al sur. En donde hemos podido disfrutar, alternando el paisaje natural de montaña con el de ribera, de su flora y fauna tan amenazadas por la influencia humana.
Vereda que se alarga como una serpiente sobre el terreno, con la dificultad de tener que salvar alguna que otra barranquera, y cuyo trazado discurre por la vertiente del río Dúrcal.
Collado del Pino que ya tenemos bajo nuestros pies y en donde hacemos la parada obligada y necesaria para el avituallamiento, después de casi cinco horas de dura, pero refrescante marcha.
Desde aquí ya sólo es bajar y bajar, atravesando un hermoso pinar, por la llamada Cuesta del Pino, para descender a continuación hasta el río Dílar; y que, tras cruzarlo, nos deja sobre la caseta de bombeo del Canal de la Espartera. Y ya, tomando la señalizada vereda del río Dílar abajo, continuar hasta toparnos con su cauce. Cauce que seguiremos y cruzaremos en múltiples ocasiones, hasta dejar la Central Eléctrica atrás. Llegando al poco al ensanche en donde habíamos dejado los vehículos estacionados, tras casi ocho horas de caminata a nuestras espaldas.
Larga y provechosa ruta de hoy que nos ha enseñado parte del corazón y entorno de los Alayos. Cinturón calizo que podemos considerar como de relieve típico alpino, por su erosión, y único de Sierra Nevada; cuyo nombre proviene de la deformación de la palabra "galayo", "prominencia aguda de roca pelada que se eleva en un monte". Abrupta cadena montañosa que se derarrolla de Este a Oeste, sobre una longitud de 10 Km., separando los acañonados valles de los ríos Dílar al norte y Dúrcal al sur. En donde hemos podido disfrutar, alternando el paisaje natural de montaña con el de ribera, de su flora y fauna tan amenazadas por la influencia humana.
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- Acceso: Desde Granada, tomando la A-44 con dirección Motril, la abandonamos en el Suspiro del Moro, atravesando las localidades de Otura y Dílar hasta las proximidades de la Central Eléctrica Nuestra Señora de las Angustias o de Dílar en nuestros vehículos propios.
- Itinerario: Aparcamiento junto a la barrera, Central Eléctrica de Dílar, Rambla Seca, cuerda, Corazón de la Sandía, faldeo por las últimas cumbres de los Alayos (hasta Los Castillejos, por la vertiente del río Dúrcal), Collado del Pino, Cuesta del Pino, Río Dílar, caseta de bombeo del Canal de la Espartera, vereda río Dílar, cauce y múltiples cruces del río, Central Eléctrica, aparcamiento.
- Distancia del recorrido: 24 Km.
- Participantes: Club de Senderismo El Bastón
- Distancia del recorrido: 24 Km.
- Participantes: Club de Senderismo El Bastón
- Dificultad: Media
- Duración: 8 horas aprox. ( descansos incluidos, sobre un total de poco más de media hora)
- Trayecto: circular
- Máximo desnivel alcanzado en la ruta: 900 m. aprox.
- Agua: río Dílar.
- Agua: río Dílar.
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